Hoy fui con mi mamá a cenar y con la señora que atiende siempre estamos platicando y el tema de conversación fue las evaluaciones tanto de alumnos como de profesores y que el nivel de educación actual es bajísimo y eso es lamentable. Un señor se nos unió a la plática y resulta que él era profesor de primaria, jubilado.
La señora nos dijo que en su época, cuando alguien no hacía la tarea o alguna travesura, se tomaban la molestia los profesores de ir directamente a casa de cada alumno para reportar cualquier falta. Wow, eso yo no me lo imaginaba.
Siguió la platica y todo quedó en torno de los profesores que marcan tu vida y yo me quedé pensando en las personas (amigos, vecinos, maestros, familiares) que han cambiado mi vida o al menos que la han impactado.
Es una nueva tarea para mi, me dedicaré meditar quién realmente ha sido tan importante en mi vida.
Todo empezó hace 21 años, para ser más específicos el 2 de septiembre de 1986, mi primer día de clases en primero de primaria (favor de no hacer cuentas, menos tú Niño Hugo) . Tenía 6 años y sí ahora soy algo tímida, en esos tiempos era mucho más.
Estudié la primaria y la secundaria en el Nuevo Colegio Continental Americano, está en una calle enfrente de Plaza Universidad y en la esquina solía haber un Globo y diario a las 2 de la tarde la atmósfera de la zona se llenaba de un olor a vainilla delicioso.
Recuerdo que el día que hice mi examen de admisión para esa escuela, al salir, en la esquina habían juegos y mi mamá me llevó para que me subiera a algunos e iba vestida de falda.
Mi mamá es ambidiestra, así que siempre su izquierda es su otra izquierda, jajaja. Ese 2 de septiembre me ayudo a vestirme, dado que la falda era algo truculenta, tenía ojales a la altura de la cintura porque la blusa tenía botones y así asegurabas que no se te cayera, jajajaja. De lado izquierdo se abrochaba la falda, y mi mamá no podía acomodarla porque estaba toda confundida con los lados. Que lastima que no
El camión pasaba por mi y ese día me dejó y a correr que tenía que llegar antes de las ocho. Siempre he vivido en el sur y pues llegar hasta Universidad y Eje 8, sin carro, era un lío.
Por fin llegué y me forme en una de las tres filas de primero de primaria. Para ser más específica, era la fila de 1ero A. Yo no sabía a qué grupo estaba inscrita y estaba extra aterrorizada porque era una escuela nueva donde no conocía a nadie. Una de las dueñas de la escuela era Miss Marina (un primor de persona) y cuando vio que no estaba en la lista de ese grupo me tomó de la mano y pasamos a 1ero B a ver si por fin ahí era mi grupo y no, entonces llegamos a 1ero C y la primera persona que me recibió fue mi maestra: Miss Abigail; en ese instante no tenía la mínima idea que después de casi 21 años siguiera en contacto con ella y que la quiera como una mamá, ella sabe que es mi segunda mamá.
La otra persona que me impactó fue mi primera amiga del alma Mónica, obvio que en ese momento yo no lo sabía, sólo que su cabello no me era nada familiar porque es pelirroja. Como comentario, me cuenta mi mamá que yo le decía, "yo tengo una amiga con el pelo rojo". Que inocencia.
Ese primer día fue algo difícil porque me senté en una paleta, yo solita, todos compartían banca menos yo y me sentí un poco aislada. A las 11:00 am sin falta era el recreo, el cual lo pasé solitaria porque ya habían pasado 3 horas desde que llegué a la nueva escuela y no conocía a nadie, no había cruzado palabra con nadie (poco creíble dado como soy ahora) sólo con la miss más bonita del mundo (como todavía le digo).
A las doce empezaba la clase de inglés y mi maestra era un ogro (según una prima que había tomado clases con ella) Miss Pichardo, una maestra que con pronunciar su nombre ya te hacía temblar, en verdad imponía bastante, en una comparación, es como cuando ves al Dr. K por primera vez y sientes que te tiemblan las piernas. Ese día me hablaba y gritaba en inglés y yo no le entendía nada, no sabía nada de inglés, no pasaba más allá del pollito chicken, gallina hen, lápiz pencil y pluma pen. Entonces, como se imaginaran, mi día era un completo desastre, no me hallaba y lo peor del caso, es que no entendía absolutamente nada. Para el colmo, el camión que me regresaba a mi casa, no tomó bien las indicaciones, tenían que recogerme en mi casa y regresarme a casa de mis tías (donde fue mi fiesta de cumpleaños hace 2 años) y fueron a botarme a mi casa y obvio, no estaba nadie, yo sólo me acuerdo que mi mamá estaba fúrica. Ese camión lo tomé durante 5 años y era el 3.
El siguiente día ya cambió porque Miss Abigail me cambió de lugar, me sentó junto con Mónica y ahí empezó otra bonita amistad y ya no estuve tan aislada y empecé a conocer a mis otros compañeros, y mis dos grandes amigas eran Mónica y Ma. Luisa.
El primer mes, hablando de calificaciones me fue de la patada, no tienen idea, pero me apliqué y al segundo mes ya recuperé de lo mal que me había ido en Inglés, sobretodo. Ya no estaba tan extrañada a todo.
Miss Abigail me enseñó a hacer divisiones y desde ese entonces no me gustan, nunca les agarré bien la onda y hasta la fecha no me son tan triviales, bueno, salvo el uno entre uno, jajajaja. Ella ponía de ejemplo mis lápices cómo debían todos sacarle punta. Ella tenía 21 o 22 años cuando la conocí.
Realmente no recuerdo cuándo fue que empecé a quererla con todo mi corazón. Sólo sé que cuando pasé a segundo año yo pedía que ella fuera mi maestra y no lo fue, sino Miss Remedios; no es que fuera mala, sino que no tenía ese corazón tan lindo como mi Miss (así le digo) Tercero fue un año de flojera infinita porque "miss Blanquita" era una traumada con la vida y te reportaba por todo. La muy mamila no te dejaba ir al baño, por más que fuera una ultra necesidad y te dejaba ir, pero te dejaba sin recreo. Una vez tuve que hacer trueque con ella y las reglas son reglas y me quedé sin recreo, tenía que quedarme con ella donde hiciera guardia en el patio; para mi fortuna esa semana le tocaba junto con mi Miss del alma y fue mejor que sí me hubiera levantado "el castigo". No pelé para nada a la tal Blanquita y Miss Abigail y yo platicamos largo y tendido durante media hora. Que lindo recreo. En cuarto, fue Miss Hortencia y odiaba a muerte a la miss más hermosa del mundo, y no soportaba que yo la quisiera como la quiero, se enojaba y me reclamaba que por qué le dirigía la palabra a esa, como despectivamente trataba a mi segunda mami. Yo le daba el avión nada más.
Así fue hasta que llegué a la secundaria. Ya no la veía tanto, que feo, pero a veces me tocaba educación física a la misma hora que los chavitos de primaria estaban en recreo y cuando hacía guardia en el patio de secundaria, la veía y en vez de estar en clase, me la pasaba chismorreando con ella.
Una vez, no recuerdo en qué año fue, me contó que el profesor de música la invitó a salir y sí lo hicieron, pero no funcionaron las cosas.
La prepa la hice en la Escuela Mexicana Americana, a dos cuadritas de donde siempre había estudiado. Cada vez la veía menos, pero no contaba que cuando iba en cuarto, los días que salía a las 2, me la llegué a encontrar en la esquina de José Ma. Rico y Gabriel Mancera. Iba en su vochito blanco, con su hermana y sus sobrinos y me dieron aventón, y así ya nos veíamos más seguido, porque pasaban por mi y era de pelos, porque por lo menos una vez a la semana nos veíamos.
Tenemos nuestros teléfonos y siempre le decía que cuando fuera a casarse me tenía que invitar. Una vez mes llamó y me saludo, platicamos y me dice a dónde me dijiste que te invitará siempre y en ese momento no entendí bien todo y que le rascó a la memoria y recordé que a su boda, me invitó a su boda. En diciembre cumplirá 12 años de casada. Fui con mi mamá, yo tenía 15 años y la fiesta estuvo muy padre, era una fiesta ultra pequeña, sólo 6 mesas para 10 personas, y se llenaron casi 5, ultra íntima. Baile y baile, su esposo Ruben, me decía Rana (mi apodo de la primaria y secundaria, hasta que en la prepa ya cambió a Pop) ponte para la foto con tu miss, jajaja.
Cada 1ero de abril le llamó para felicitarla por su cumpleaños, cada 15 de abril me felicita por el mio. Nos vemos para celebrarlo.
Ella me ayudó muchísimos cuando me fui a Londres, me prestó mapas, de cuando ella había ido, que fue el verano cuando terminé 1ero de primaria. Un día en Madrid, le llamé llorando porque estaba un poco mal y triste y no importó que la despertara super temprano. Ama a Harry Potter tanto como nosotros y de Londres le trajé dulces Harry Potter, de los frijolitos de sabores y una rana de chocolate y en verdad traía una tarjeta de colección, té inglés y una agenda ultra wow de Dahli. El día que regresé fue a casa de mi papá a recibirme, bien lindo todo y estaba llorando cuando platiqué todas mis aventuras.
Cuando estoy triste es a la primera que llamo, yo se lo he dicho honestamente, que sí mi mamá no existiera, ella sería como mi segunda madre y ella lo aceptó. No sé la razón, pero ella y su esposo decidieron no tener hijos. Entonces, una hija postiza no está de más no? La quiero con todo mi corazón, es o mi segunda mamá o como una hermana mayor que nunca tuve y que me hubiera encantado tener. Con ella lloro, río, suspiro, pido ayuda, consejos, es mi desahogo, soy su desahogo, pero es tan bonito que todavía alguien con cariño me diga Ranita.
Vive muy cerca de casa de mi papá, pero últimamente no hemos podido coincidir mucho. Que feo.
Ella me ha enseñado muchísimas cosas, y lo más importante, es que la amistad y cariño entre dos personas no tiene edad y que con mucho amor todo dura, 21 años no se dicen fácil, es toda una vida, prácticamente, salvo por mis papas, es la persona que he querido por más tiempo en toda mi vida. Es lo más probable que el día de mi examen profesional vaya, así que se las presentaré, y veran que es verdad lo que les digo, irradio cariño cada vez que estoy con ella. Mi mamá no se pone celosa, y no tiene por qué, pero a mi miss más hermosa del mundo siempre la estoy abrazando y dándole besos, igual que hace 21 años.
Ojalá que en 15 años, cuando cumpla 21 años de haberlos conocido, nos veamos y sea así la misma reacción.
Los quiero muchísimo