AGÜITAS

Una forma de ver la vida con humor

miércoles, abril 26, 2006

Llorando un poco

¿Por qué estoy llorando? En este instante tengo tantos sentimientos encontrados, que no sé ni por cuál empezar.

Desde semana y media antes de irme de misiones, a finales de marzo para ser más precisa, no he estado bien que digamos. No sé sí supieron pero por diversas razones mis papás tuvieron que llevarme a urgencias un día porque en verdad me encontraba muy mal y pues lo peor del caso es que no ha habido gran mejoría aunque llevo al pie de la letra todas las recomendaciones de los doctores que me están atendiendo.

Creo que lo que más triste me tenía era no poder ir de misiones y eso se arregló cuando fui a consulta con la doctora y me dijo que estaba bien y que no corría ningún peligro siempre y cuando no hiciera gran esfuerzo, cosa que bloqueé porque yo estaba feliz de saber que mi sueño, añoranza o como lo quieran llamar de un año sí se podía cumplir y tanta felicidad, obvio, al primero que busqué para avisarle que sí iría fue a Carlos y me llene de tanta paz porque al llegar al pueblo que me mandaran, bastaría que viera al primer niño para ser lo más feliz. Todo esto fue el martes 4 de abril.

Y la locura empezó, agradezco tanto a la gente que me ayudó con ropa, dándome cosas para la despensa y/o dinero lo que se necesitara. Y todo lo fui a comprar al centro a la zona que nunca quería regresar, a donde ibamos Jaime, Marlene y yo; fue horrible ir a ese lugar y acordarme de todo lo que sufrí y aún así mi esperanza de que ya sería pronto sábado hizó que olvidara todo y bueno ese día fue miércoles y hubo ensayo de la obra y pues x.

El jueves y viernes fueron agobiantes de que tenía que comprar toda la despensa y pues empece a sentirme un poco mal porque yo en verdad hacía mis compras con una ilusión que no sabía ni cómo expresarla e iba con mi mamá y ella toda preocupada por todo el dinero que iba a ser, pero a mi ni me importaba eso, y ni me importará jamás, yo tenía una promesa de que todo lo que me gastara para las misiones no iba a decirle a mis compañeros cuánto fue, porque fue una promesa a Dios y últimadamente ni todo es dinero y nada me voy a llevar a la tumba como la felicidad que me dió el abrazar a toda la gente.

El viernes hablé con Isa y me dijo que iríamos al mismo pueblo que hace un año: Xitlama, wow y mi felicidad crecía cada vez más, mi problema médico estaba cediendo y ya no tenía tanta preocupación en ese sentido; y no me importó terminar a las 4:30 a.m. del sábado de armar mis costales y cajas. Ir a la escuela a ayudar en lo que pudiera para la obra.

Por fin la hora llegó y ya había hablado con Daniel, él fue mi coordinador este año, aunque Isa era también la coordinadora hasta que llegara a mitad de semana. Sí no había dormido bien durante toda esa semana, yo esperaba la hora en que nos fueramos para dormir en el camión y oh!! sorpresa, Daniel y yo platicamos hasta las 2:30 y llegamos a Tlanchinol antes de las 6:00 a.m. y pues no dormí mucho porque son puras curvas y mis oídos estaban super tapados, el chofer iba rapidísimo, no sé ni cómo le hizó.

Ya estaba ahi!!!! Dormí un poco, pero muuy poco y fuimos a misa y casi todos estabamos muriendo de sueño y algo de calor. Empezaba a sentirme un poco fatigada y mal, después de 6 horas, por fin llegamos a Xitlama y en ese pueblo no hay luz asi que bajar todas las cosas que llevabamos fue díficil, yo solita llevaba 8 costales y 6 cajas, estaba imposible de cargar en la oscuridad, faltaban las garrafas de 10 lts de agua, otros costales y más y más cajas. Gracias a Dios un señor nos prestó tres caballos para bajar todo y en dos viajes se pudo bajar gran cosa.

Una descripción de cómo llegar a Xitlama; después de 40 minutos de terracería llegamos a un potrero y tienes que seguir bajando un monte empinado y pues para facilitar el bajar las cosas y ya que ibamos a donde cayeran, aventamos los costales y las mochilas y cargamos el agua. Todo llegó hasta la capilla que fue donde pasamos la primera noche y al día siguiente (lunes) ya nos "instalamos" en la escuela.

Faltan muchísimos detalles que prometo escribir pronto.

Todo iba muy bien hasta que el martes amanecí muy mal, Daniel había subido a Tlanchinol y Carlos pasó a nuestro pueblo además de que tenía que ir a uno más abajo que el nuestro, estaba yo llorando mucho y no era dolor, pura molestia y mi frustración de no poder hacer nada porque literalmente no me podía mover. Llore y llore con mi caramelito y que bueno que estaba ahí porque con nadie de los que iba me hubiera podido desahogar como con él, es obvio no?, es mi mejor amigo y sabía perfectamente bien lo que me pasaba. Todo se calmó pero durante el día tenía como pequeños momentos en los que de plano si no podía hacer nada. De hecho habían considerado que me regresara a mi casa, pero no quería, en verdad, llevaba un año esperando poderme ir de misiones de nuevo.

Al sábado fue mi cumpleaños y me la pase increible, no tienen idea de lo maravilloso que me la pasé y sobre todo porque el mejor regalo que pudiera haber recibido en toda mi vida, Dios me lo dió y luego les cuento cuál fue.

Todos mis compañeros, ahora amigos misioneros, conocen a Cuco y les conté más o menos como fue la onda con él y también me enteré de muchas cosas con respecto a él y me pregunté mucho qué fue lo que ví en él.

Regresando a mi realidad, me encuentro con que el esposo de mi prima había muerto y me dolió porque no era que llevaramos la super relación, pero sí nos llevabamos bien y murió el día que peor me sentía, no tiene sentido, quizás, pero ese día tenía tantos sentimientos extraños en mi cabeza que ya ni sé.

La escuela, que pesado regresar a una clase de Felipe López Gamino, ni modo, y el ensayo general de la obra y yo sintiendome no muy bien que digamos, pero con mucha ilusión de que todo saliera bien.

Invité a Cuco a la obra y efectivamente fue, el viernes, que día tan más especial, casi lloro. (Otro post para comentar esto) No sé por qué, pero nos ayudó a recoger la escenografía y en todo lo que pudo. Quedamos de vernos para que me diera una vuelta en su super carrazo (mega bye!!!) y fue por mi y nos ausentamos un rato en el cual platicamos muchísimo y seriamente y removió todos mis sentimientos que tenía hacia él. No sé sí estoy sintiendo de nuevo algo por él o qué. Sólo tengo la impresión de que estará en mi vida por siempre y sí lo veo que estará y eso es independiente a que sea el hermano de Carlos, va más allá de eso.

Algo que tenemos en común y nos sacó de onda fue que ambos no sabemos cuál es la misión que nos puso Dios y no la entendemos, él dice que lo más probable es que en verdad yo llegué a ser mamá y que sea buena madre y no lo sé porque no veo cómo en este instante. Él siente que tiene que ser misionero.

Lo que me tiene llorando es no saber cuál es ese camino espiritual, no quiero voltear al final de mi vida y darme cuenta de que no lo descubrí y que nunca hice nada al respecto. Tengo miedo de seguir siendo tan miedosa; que irónico no? Durante la semana de misiones, Daniel hablaba mucho conmigo y habló como Carlos y como mucha gente me lo ha dicho, incluido Serge, de que haga las cosas, menos pensar más acción, y no sé cómo porque en verdad ahora es mi vida espiritual (no sé sí se oye todo rídiculo, pero bueno) Mi vida sentimental creo que está suspendida hasta que en verdad ya conozca a más gente y es que también no he salido del mismo círculo, necesito aires nuevos y frescos.

El sábado, es probable que vaya a Guadalajara a casa de mi prima, no es tanto por vacaciones y disfrutar del puente, es por necesidad que vamos y pues a ver qué pasa ahi.

También yo siento que lo que me tiene tan triste es que hace una semanas fui con el otro doctor y me explico que con todo lo que me está pasando estoy perdiendo hierro y mis defensas están bajísimas y ya por lo general tengo un color papel constante y odio que la gente me pregunté sí estoy bien sólo porque estoy muy palida, no siento nada de dolor, en serio, pero sí siento que me estoy deprimiendo muy seguido, supongo que no tiene nada que ver, pero sigo las instrucciones del doctor al pie de la letra (como ya les había dicho) y no encuentro mejoría.

Como siempre estoy con música que me hace sentir no sé, es uno de mis regalos de cumpleaños, el soundtrack de Finding Neverland que me dió Marlene el viernes que vino a la obra. No pude ir a festejar con mis amigos el cumpleaños múltiple (2 del 15 de abril y una del 16) porque estaba mal en mi casa.

Como no voy a estar con tantos sentimientos raros no?

El atardecer aminora mi pena, pero mi dolor físico empieza a crecer.

Prometido escribir con detalles y poner fotos de las misiones y contar acerca de ese regalo.

Gracias por llegar a este punto, los quiero

2 Comentarios:

Blogger Nessa Yávëtil dijo...

Popsianita preciosa:
¡Mucho ánimo! No te desesperes, ni quieras correr. Entiendo tu estado de ánimo, supongo que no tal cual porque no la estoy viviendo, pero he experimentado alguna clase de sentimiento similar.
Quisiera poder resolverte las cosas y arreglar tu malestar, pero no puedo, sólo puedo decirte que cuentas conmigo para lo que sea y que soy tu amiga incondicional hoy y en cualquier momento.
Te quiere,
Jules

12:37 a.m.  
Blogger Adriana dijo...

Jules:

Muchas gracias!!!

2:41 a.m.  

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